Las empresas de inteligencia artificial, como OpenAI y Anthropic, están trabajando para que sus chatbots sean más divertidos y atractivos para los usuarios. Actualmente, los chatbots como ChatGPT, Copilot y Claude son considerados demasiado formales y serios, lo cual limita la experiencia del usuario. Un estudio reciente de DeepMind reveló que los chatbots carecen de originalidad y suelen ser políticamente correctos, lo que los hace poco graciosos. Para solucionar esto, se están desarrollando modelos que puedan captar mejor el humor en las conversaciones. Un ejemplo es Grok de xAI, que se distingue por su tono sarcástico, posicionándose como una alternativa más entretenida. Los desarrolladores enfrentan el reto de la falta de contexto en los datos con los que se entrenan los modelos de IA, lo que dificulta la creación de respuestas humorísticas y relevantes. Además, la precisión sigue siendo una prioridad, ya que los chatbots pueden generar respuestas incorrectas o inventadas. Los avances en IA buscan encontrar un equilibrio entre una interacción más natural y divertida y la fiabilidad de las respuestas, para mejorar la experiencia de los usuarios y aumentar su interés en el uso de estas herramientas.