El vishing, una combinación de “voice” (voz) y “phishing”, es una técnica de ingeniería social donde los ciberdelincuentes utilizan llamadas telefónicas para obtener información personal, financiera o confidencial de las víctimas. Este método ha ganado popularidad entre los atacantes debido a la creciente sofisticación de las técnicas de engaño y la facilidad con la que pueden ganarse la confianza de las personas. Los estafadores suelen hacerse pasar por representantes de bancos, agentes de agencias gubernamentales, soporte técnico de empresas conocidas o notificaciones de premios falsos para lograr su objetivo.
Las principales modalidades de vishing incluyen llamadas de soporte técnico falso, donde los atacantes afirman haber detectado un problema en la computadora de la víctima y solicitan acceso remoto para solucionarlo; llamadas de entidades financieras falsas, donde se informa a la víctima sobre transacciones sospechosas y se piden datos personales para “verificar” su identidad; llamadas de agencias gubernamentales falsas, donde se amenaza con multas o arresto si no se paga una cantidad de dinero; y llamadas de premios o sorteos falsos, donde se solicita un pago para reclamar el premio.
Para prevenir estos ataques, es esencial desconfiar de llamadas no solicitadas, no compartir información personal o financiera por teléfono, consultar con alguien de confianza antes de tomar decisiones apresuradas y educar a familiares y amigos sobre estas técnicas. Además, utilizar identificadores de llamadas puede ayudar a detectar llamadas de spam o centros de llamadas sospechosos.
La razón por la cual tantas personas caen en este tipo de fraude es la habilidad de los estafadores para parecer convincentes y explotar emociones como el miedo, la urgencia y la codicia. La manipulación emocional es una táctica común en estos ataques, y la sofisticación de los métodos utilizados hace que incluso las personas más cautelosas puedan ser víctimas. Por último, la falta de conocimiento técnico y el aislamiento social, especialmente en adultos mayores, aumentan la vulnerabilidad a estos ataques.